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Nuestra historia

El inicio de la producción de energía eléctrica en Melilla se remonta al 17 de Mayo de 1897, que fue cuando la Junta de Arbitrios montó la fábrica de energía eléctrica en el Mantelete, para suministrar electricidad a algunos puntos de alumbrado público de la ciudad.

A partir de 1898, la ciudad de Melilla comenzó a crecer y surgió la necesidad de nuevos servicios, entre los que se encontraba la iluminación tanto de calles como de hogares.

En 1899, las autoridades locales, para poder atender la demanda de iluminación en la ciudad, concedió el contrato de servicio eléctrico a José Gómez Alcalá, mediante un concurso al que sólo concurrió él; adquiriendo sin coste alguno el local donde se situaba hasta entonces, la fábrica proveedora de energía, con toda la maquinaria y la red de alumbrado, que hasta entonces había sido propiedad municipal. Una vez que la concesión fue oficial, constituyó la sociedad Gómez, Salama y Cía. y trasladó la central eléctrica junto a la iglesia del Sagrado Corazón. En Marzo de 1903, la sociedad Gómez, Salama y Cia se transformó en la Sociedad Industrial del Norte de África, la cuál era conocida comercialmente como Industria Africana.

Central de electricidad, con motores diesel
Central de electricidad, con motores diesel

Industria Africana, para poder atender las demandas de las constantes peticiones de los usuarios, adquirió nuevos motores que facilitaron la fabricación de hielo, artículo por entonces considerado de lujo, ya que procedía de Málaga y llegaba a Melilla en barco, a través del capitán de artillería Juan Peña. Las compilaciones del transporte le otorgaban dicha calificación. La instalación de la fábrica de hielo se convirtió en un hecho relevante para la ciudad de Melilla. En 1913 la ciudad sufrió apagones constantes, en la mayoría de las ocasiones debido a la falta de combustible, lo que ocasionó protestas de los habitantes de los barrios exteriores. A causa de los disturbios, Industria Africana se propuso realizar importantes reformas en sus instalaciones para mejorar el servicio. La ciudad siguió con el ambiente caldeado por los constantes apagones y averías en las líneas, que provocó graves conflictos en los espectáculos públicos. Además, era una época en la que la población estaba en constante crecimiento debido a las campañas de África, por lo que el coste en material y maquinaria aumentó, haciéndose insoportable la carga, lo que conllevó al corte del alumbrado en los barrios periféricos.

En medio de esta difícil situación para la Industria Africana, entró en la compañía Pedro Cobos Roa, que aumentó el capital de la misma, haciendo posible la instalación de una nueva red eléctrica, beneficiándose de ello los barrios al otro lado del río, así como rebajar el precio del kilovatio y reducir la tarifa, fomentando a las industrias implantadas en la ciudad. También inició un proyecto para llevar la electricidad hasta Nador, ciudad española por entonces, distante unos 14Km de Melilla. En 1912, se unió al patrimonio de Industria Africana la Fundación de hierro y bronce de la Compañía Hispano – Marroquí y se ubicó en un edificio contiguo a la central. A partir de este momento, se pudo controlar la producción de la fundición, lo que permitió a la empresa la posibilidad de poder fabricar las piezas necesarias, si tenían que venir desde fuera de la ciudad. Además, se instaló un taller especial destinado a la confección de diferentes modelos para la fabricación de elementos ornamentales.

Talleres de fundición

Nacimiento de Gaselec

El 17 de Enero de 1913 se constituyó una nueva empresa heredera de la fábrica de electricidad de Pedro Cobos Roa, para convertirse en la principal fuente de alumbrado tanto público como privado de la ciudad. La nueva compañía se originó a partir de la fusión de las dos empresas que ya existían: España Fábrica de Electricidad y de Hielo, aportada por Pedro Cobos Roa y Fábrica de Gas, vinculada a la Sociedad Industrial del Norte de África, denominándose Compañía Hispano-Marroquí de Gas y Electricidad, con Alfredo Massenet como presidente.
En Febrero de este mismo año, apareció como concesionaria de la electricidad en Melilla, unida a Fundición y Serrería Mecánica, y con García Álix como ingeniero encargado. Estaba participada en su mayor parte por el Banco Español de Crédito (Banesto), convirtiéndose entonces en una filial de la Sociedad Industrial del Norte de África, heredando todos los dispositivos mecánicos que pertenecieron a las anteriores entidades eléctricas. Los inicios de la compañía coincidieron con el comienzo de la Primera Guerra Mundial, y en consecuencia, con la falta de combustibles destinados a la producción de energía, lo que provocó nuevamente protestas por las irregularidades ocasionadas en el suministro de energía. Varios clientes importantes de la compañía se vieron afectados por estos cortes de luz, lo que los llevó a organizar un mitin en el teatro Alfonso XIII, culpando directamente al gerente de la compañía.

Fundadores

Años 20 y Segunda República

Trabajadores de Gaselec

La II Guerra Mundial y sus consecuencias

Tras el final de la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial, la demanda de electricidad en Melilla había estado atendida por Gaselec, pero con duras restricciones de combustible, lo que llevó a que se pusieran en marcha novedosos sistemas para solventar la falta de combustible. Ambas compañas bélicas provocaron un déficit de gas y electricidad en Melilla, por lo que el INI instaló una central móvil en la ciudad, sufriendo restricciones de luz desde 1941 hasta 1951 y modificaciones en las tarifas que se revisaban de forma anual.

La década de los años 20 fue una etapa de enorme crecimiento, tanto económico como de población, debido al gran aumento de la guarnición militar en la zona de los conflictos en el Protectorado. lo que llevó a una subida en los precios y la petición de alumbrado en los nuevos barrios, surgiendo así el Plan General de Ordenación Urbana que permitió a Compañía Hispano – Marroquí de Gas y Electricidad, llevar la luz a gran parte del Protectorado Español.

Con la llegada de la Segunda República, aparece el Ayuntamiento de Melilla y las nuevas sociedades de obreros de la electricidad. y es en 1932 cuando se comenzó a usar el acrónimo de GASELEC.

Recaudación y contratación.
Fachada antigua de Gaselec.
Fachada norte, central de Triana

Nueva situación

Para poder atender las demandas de electricidad de la ciudad, se implantó en Melilla en 1955, a petición de Gaselec, un segundo productor de energía eléctrica, Empresa Nacional de Electricidad ( ENESA ), a pesar de ello, los cortes de luz continuaron. En 1958 llegó a Gaselec un nuevo ingeniero, director y consejero, José Cabanillas rojas, de la mano de Banesto, que comenzó una renovación total de las instalaciones de producción, transporte, transformación y distribución de la energía eléctrica y llevó la iluminación intensiva a las calles principales de la ciudad. Además creó una escuela de aprendizaje eléctrico. En 1963 el endeudamiento de Gaselec con Banesto finalizó, por lo que José Cabanillas Rojas propuso al Consejo de Administración de la empresa, la adquisición de la mayoría del capital social de Gaselec.

A partir de 1970, ENESA se hizo cargo de la tarea de producción de la electricidad, conservando Gaselec únicamente la distribución eléctrica.

José Cabanillas Rojas